Reseña: El último adiós - Kate Morton

The Lake House
Kate Morton
Suma de Letras - 2015
574 páginas
22,90 €

Un niño desaparecido...

Junio de 1933: en Loanneth, la mansión en el campo de la familia Edevane, todo está limpio y reluciente, listo para la tan esperada fiesta de solsticio de verano. Alice Edevane, de dieciséis años y escritora en ciernes, está especialmente ilusionada. No solo ha encontrado el giro argumental perfecto para su novela, también se ha enamorado perdidamente de quien no debería. Pero para cuando llegue la media noche y los fuegos artificiales iluminen el cielo estival, la familia Edevane habrá sufrido una pérdida tan grande que tendrá que abandonar Loanneth para siempre...

Una casa abandonada.

Setenta años más tarde: después de un caso especialmente complicado, Sadie Sparrow, investigadora en Scotland Yard, está cumpliendo un permiso forzoso en su trabajo. Refugiada en la casa de su abuelo en Cornualles, pronto comprueba que estar ociosa le resulta complicado. Hasta que un día llega por casualidad a una vieja casa abandonada rodeada de jardines salvajes y espesos bosques y descubre la historia de un niñito desaparecido sin dejar rastro...

Un misterio sin resolver.

Mientras tanto, en el ático de una elegante casa en Hampstead, la formidable Alice Edevane, ya anciana, lleva una vida tan cuidadosamente planeada como las novelas policíacas que escribe. Hasta que una joven detective empieza a hacer preguntas sobre su pasado familiar en un intento por desenterrar la intrincada maraña de secretos de los que Alice ha pasado toda su vida tratando de escapar.

Kate Morton era una de las autoras que tenía pendientes. A pesar de tener un par de sus libros en la estantería, todavía no me había animado, y la salida de El último libro, ha sido la excusa perfecta para no demorarlo más.

Han sido muchas las cosas que me han gustado pero tengo que destacar, por encima de todo, su narración.

Sé que no es algo que guste a todo el mundo, pero me ha parecido una maravilla la forma tan detallada que tiene de describrir, tanto escenarios y paisajes, como personajes y, especialmente, la historia.

No deja nada en el tintero y eso hace que consigas meterte de lleno en lo que estás leyendo, que puedas imaginar perfectamente Cornualles, que conozcas de primera mano todos los pormenores de la familia, cómo eran ellos, qué les pasó... etc.

Creo que para un libro de este género es indispensable que haya profundidad, que no escatime en explicaciones y, importante, dosificar la información e ir descubriendo todas las incógnitas poco a poco, para conservar el interés hasta el final.

Aunque puede que esto ralentice la lectura y el ritmo para muchos, a mí no me ha importado en absoluto, porque creo que está utilizado de forma correcta y necesaria y en ningún momento se hace pesado o aburrido.

Kate Morton ha sabido muy bien alternar la historia del presente con el pasado. La del pasado transcurre durante varios años, y, a pesar de que tan pronto puedes estar leyendo sobre 1930, como después pasar al 1911, no resulta nada lioso. No tiene un orden cronológico, pero sí coherente con la historia, conectando cada descubrimiento, con el desarrollo de esa nueva revelación.

Además, hay muchos elementos del presente que, aunque independientes de la trama principal, guardan muchos paralelismos con ella que vas notando poco a poco.

Creo que la familia Edevane representa muy bien a esas familias de principios de 1900 con cierto poder social y económico, para las que las apariencias y la reputación lo son todos.

Personas que de cara al resto tienen unas vidas perfectas, pero que de puertas para dentro, guardan muchos secretos, incluso entre ellos.

Una familia perfecta y que, a raíz de todo lo que ocultan y con la desaparición del hijo menor como desencadenante, vio cómo todo se derrumbaba y cómo la desdicha invadía su idílica vida.

Por otro lado, una detective de vacaciones forzadas, que se interesa por ese caso no resuelto y que empieza a investigar por su cuenta, mientras intenta resolver los asuntos que tiene pendientes en Londres.

Hermanas, padres, amigos, trabajadores, familiares... todas las personas que tuvieron contacto con la familia Edevane durante ese verano en el que desapareció su hijo, ocultaron información y todos parecen tener motivos para no querer que averigüen la verdad.

Un misterio que se mantiene hasta prácticamente el final y que, aunque no llegue a resultar muy sorprendente o impactante, sí que consigue convencer y ser coherente con lo leído.

Un libro que cuenta con misterio, drama e incluso un poco de romance, todo dentro de un contexto histórico, bien documentado, tan interesante como es el de principios del siglo pasado y con una familia llena de secretos.

Kate Morton ha sido toda una sorpresa y, sin duda, leeré sus otros libros.

*Con la colaboración de Suma de Letras*