Reseña: El viaje más largo - Nicholas Sparks

The Longest Ride.
Nicholas Sparks.
Roca - 2013.
398 páginas.
18,90 € / 9,45 € (en bolsillo)

Dos parejas cuyas historias de amor se cruzan de la manera más sorprendente…
Un hombre de noventa años se encuentra solo en una carretera nevada después de haber tenido un accidente en un paraje aislado. Tan solo consciente a ratos y en espera de que le rescaten, aparece ante él el amor de su vida, quien murió hace un tiempo. En el espacio que separa la realidad y la imaginación, recuerdan su vida juntos: cómo superaron el trauma de no poder tener hijo; cuando se convirtieron en coleccionistas de arte reconocidos; el dolor que supuso la muerte de ella…
La otra historia de amor se da entre una joven estudiante de arte y un cowboy que se enamoran perdidamente, a pesar de proceder de ambientes totalmente dispares. Ambos tienen ambiciones y sueños que cumplir pero él, además, se enfrenta a una cruel disyuntiva: o bien pone en peligro su vida si sigue compitiendo en el circuito de los toros o bien pierde la granja de su familia.

Hubo una época en la que tuve una gran afición por todos los libros de Nicholas Sparks. Fue después de ver la película Un paseo para recordar que comencé a leerme todo lo que había publicado aquí de él. Y eso significa también ver todas sus adaptaciones.

Pero llegó un momento en que me saturó un poco. En pleno boom eran demasiados libros los que salieron de golpe, y el rumbo que tomaron los últimos no consiguieron convencerme del todo.

Es por que cuando me regalaron El viaje más largo, prácticamente al poco de salir por primera vez aquí, no me veía con ganas de devorarlo como había hecho antes.

Ha sido dos años después, justo cuando estrenaban su película, que vi sin haberlo leído, que decidí que ya era hora y me alegra decir que he vuelto a disfrutar del auténtico Nicholas Sparks. El Nicholas Sparks de sus primeros libros.

En El viaje más largo tenemos dos historias de amor que se van desarrollando paralelamente, una en el presente y otra en el pasado. Parece que no tienen nada que ver una con otra, pero al final sus caminos acaban cruzándose.

Por un lado, está la historia de Ira y Ruth, romance que va rememorando él y que abarca desde que se conocieron siendo los dos unos adolescentes. El autor nos muestra a través de ellos todas las etapas de cualquier pareja, los primeros meses de inocencia, el cómo se va afianzando todo, los baches y problemas que deben hacer frente e incluso crisis que ponen en peligro su relación. Aunque también hay cabida para los buenos momentos y las alegrías.

Y después está la historia de Luke y Sophia, la del presente. Dos chicos que se conocen de forma casual y que provienen de mundos totalmente distintos. Pero no podrán evitar enamorarse y tendrán que aprender a llevar su relación, a no tirar la toalla a la primera oportunidad, a confiar en su relación y en el futuro que pueden tener juntos.

Cierto es que he disfrutado muchísimo más de la historia de Ira y Ruth. No sólo porque su desarrollo es muchísimo más amplio, si no porque la he visto mucho más interesante, por todo lo que hacen frente y por los años en los que está ambientada, que incluyen los de la Segunda Guerra Mundial.

En cambio, el romance del presente lo he visto menos intenso y el punto dramático que le ha dado el autor no ha acabado de inquietarme ni ponerme el corazón en un puño.

Aun así, creo que es más bien el hilo conductor de la otra historia, que es la que tiene más peso dentro del libro.

Lo que sí tiene este autor es que la gran mayoría de sus personajes son demasiado perfectos. Son jóvenes, pero a pesar de eso son muy maduros y sensatos para su edad. No son unos juerguistas salvajes, saben lo que quieren, están dispuestos a lo que sea para conseguirlo, son leales y hasta guapísimos. Y esto, pues como que no se ajusta demasiado a la realidad. No estaría mal tener unos protagonistas también con sus defectos.

Pero realmente necesitaba leer un libro así. El viaje más largo ha sido un gran reencuentro con el Nicholas Sparks de los inicios. He encontrado un romance bonito, romántico, tierno, con sus dificultades, pero aún así no tiene el dramatismo exagerado que encontré en sus dos o tres últimos libros que me echaron algo para atrás.