Reseña: Soñar con la superficie - Louise O'Neill

The Surface Breaks
Louise O'Neill
Plataforma Neo - 2019
292 páginas
18 €

¿Crees que conoces la historia de La sirenita? Tal vez deberías pensarlo mejor...

En el fondo del mar, a cierta distancia de la fría costa irlandesa, vive Gaia, una joven sirena que sueña con liberarse de su controlador padre.

La primera vez que sube a la superficie, se siente atraída por un chico humano y anhela unirse a su mundo sin preocupaciones, pero ¿cuánto tendrá que sacrificar Gaia? ¿Qué deberá hacer la sirenita para encontrar su voz?

Esta es una nueva visión del cuento de hadas original de Hans Christian Andersen a través de una incisiva lente feminista, dotada del estilo deslumbrante y agudo y la habilidad para construir mundos que le han proporcionado a Louise legiones de leales admiradores.

Soñar con la superficie es un libro que no sólo tiene una portada más que preciosa, sino que es un retelling de un cuento tan conocido como La Sirenita, pero bajo un nuevo punto de vista repleto de mensajes feministas muy potentes.

Hay veces que una historia nos la venden como un retelling, pero en realidad tiene sólo algunos pequeños detalles de los cuentos clásicos. Este, en cambio, guarda muchísimos paralelismos con el original: tenemos las sirenas, su padre el rey, la bruja mala, el chico al que quiere enamorar y el trato que hace para conseguir unas piernas.

Pero la autora aprovecha para poner de manifiesto cómo las mujeres hemos sido, y somos a día de hoy, consideradas: como simples objetos, juzgadas sólo por nuestra belleza, sin que nuestras ideas u opiniones sean tan importantes como las de los hombres.

Gaia es la pequeña de las hijas del Rey del Mar y está a punto de cumplir 15 años. A esa edad, tienen permitido subir un día a la superficie para conocer cómo es el mundo de los humanos para luego volver al reino y seguir siendo una sirena sumisa a las órdenes de su padre o marido.

La madre de Gaia, en cambio, obsesionada con ese mundo, no dejó de subir hasta un día que fue atrapada por los humanos. Desde entonces, nadie en el reino tiene permitido hablar de ella, a pesar de todas las preguntas que tiene Gaia sobre ella.

Pero lo único que se espera de ella es que esté siempre guapa y callada y que se case al cumplir los 16 en un matrimonio concertado con un anciano y autoritario sireno, Zale. 

La historia parece repetirse cuando, el día de su cumpleaños, Gaia salva de un naufragio a un atractivo chico humano, Oliver, del cual se enamora profundamente y del que no puede quitarse de la cabeza. 

Eso la llevará a ir a hacer un trato con la Bruja del Mar, la cual vive desterrada con sus rusalkas (mujeres humanas que se convirtieron en sirenas despiadadas al ser traicionadas por hombres): Gaia tendrá piernas durante un mes para conseguir enamorar a Oliver, pero perderá su voz a cambio. 

Si no lo consigue en el plazo propuesto, volverá al mar donde morirá. 

Como veis, la historia es prácticamente la misma, pero la autora le ha dado una vuelta de tuerca y un cambio en los papeles de los personajes. El Rey del Mar no es tan bondadoso y comprensivo como en la película de Disney, ni la Bruja tan malvada y cruel. 

Él es controlador, abusivo, una figura bastante dictatorial, mientras que ella es una sirena que no sigue los cánones de belleza estándars, y es poderosa, llena de confianza, libre y que dice las cosas como son. Vamos, que aquí nos va a pasar lo contrario y va a ser el mejor personaje de todos.

Todo lo contrario a lo que es Gaia, una sirena sumisa, obediente y callada, algo comprensible dado el mundo en el que le ha tocado vivir y cómo la han criado, pero que llega a desesperar, ya que prácticamente es así desde el principio hasta casi el final, que es cuando espabila de golpe, lo que no ayuda a empatizar con ella.

Además, le tenemos que sumar lo que podríamos llamar romance que es un instalove (al menos por parte de ella) en su máxima expresión. La obsesión enfermiza que tiene Gaia por Oliver es bastante exasperante. 

Encima él no es que sea el príncipe azul que siempre nos han vendido precisamente. Es caprichoso, egoísta, inmaduro y maleducado. No trata precisamente bien a Gaia y, aún así, ella sigue emperrada en hacer que él se fije en ella a toda costa (algo que hemos visto innumerables veces en muchos libros)

Imagino que la autora ha querido hacer ver lo dañino que es normalizar ciertas cosas, esperar hacer cambiar a un hombre o enamorarnos simplemente por el físico o por cómo imaginamos que pueden llegar a ser. 

Porque lo que no falta en prácticamente ningún capítulo son los mensajes feministas o la representación de temas tan importantes como el machismo, el abuso sexual, las relaciones tóxicas, la homofobia o la culpabilización de y a las mujeres. Una sociedad patriarcal, tanto en el mundo marino como en el humano, que normaliza situaciones y comentarios y que se parece, tristemente, a la vida real. 

En cuanto al ritmo creo que es un poco irregular. La primera parte es, sin duda, la más interesante al introducirnos todo este nuevo mundo y sus criaturas marinas. Pero después pasa a ser un poco soso, sin que pase nada demasiado destacable, para acabar de manera demasiado rápida para mi gusto.

Creo que ha faltado que la autora desarrollara más todo el tema de la guerra entre sirenas y las rusalkas, que creo que ha quedado como algo secundario. 

Pero sí que tengo que destacar el giro final que me ha gustado mucho, aunque tal y como lo ha dejado la autora no sé si habrá una segunda parte (aunque queda bastante cerrado)

Soñar con la superficie no es una versión llena de color de rosa de La Sirenita, sino más bien todo lo contrario: machista, más oscura y con unos personajes que distan mucho de ser perfectos.

Lleno de mensajes feministas y temas que se pueden trasladar a nuestra sociedad actual, es un libro que te hace pensar, reflexionar e indignarte a partes iguales.

*Con la colaboración de Plataforma Neo*