Reseña: Voz - Christina Dalcher

Vox
Christina Dalcher
Roca - 2019
352 páginas
19,90 €

CIEN AL DÍA. NI UNA MÁS. Esa es la cifra de palabras que la neurolingüista Jean McClellan y el resto de mujeres tienen derecho a pronunciar cada día. Una sola palabra por encima de esa cifra y cientos de voltios de electricidad recorrerán las venas de cualquier mujer que se atreva a sobrepasarla. Ese es el mandato del nuevo gobierno. Las mujeres no pueden escribir, los libros les han sido prohibidos, sus cuentas bancarias han sido transferidas al hombre de la familia más cercano y se han suprimido todos los empleos para las mujeres.

Pero cuando el hermano del presidente sufre un extraño ataque, a Jean le devuelven temporalmente el derecho a trabajar y a hablar más de 100 palabras al día, con el objetivo de que continúe investigando la cura de la afasia, un extraño trastorno de una parte del cerebro que controla el lenguaje.

Pronto Jean descubrirá que la están utilizando y que ha pasado, sin saberlo, a formar parte de un plan mucho más grande, cuya intención no es encontrar la cura de la afasia, sino inducirla. ¿El objetivo final? Eliminar por completo las voces de las mujeres.

Situada en unos Estados Unidos donde la mitad de la población ha sido silenciada, Voz es una historia inolvidable y llena de tensión, en la que una mujer se enfrentará a los poderes establecidos para proteger a su hija y a sí misma.

Estando en una época tan convulsa como la que estamos, en la que las mujeres todavía tenemos que seguir luchando por nuestros derechos, son cada vez más las editoriales que apuestan por traer libros reivindicativos y feministas, muchos de ellos siguiendo la estela de El cuento de la criada.

Podríamos considerar a Voz como uno de ellos, ya que nos presenta una sociedad en la que las mujeres son meras marionetas. 

Una distopía que, dadas las circunstancias actuales, no resulta tan utópica, lo que lo hace mucho más escalofriante.

En un futuro las mujeres sólo tendrán permitido hablar un total de 100 palabras al día. Cualquiera que diga una palabra más recibirá una descarga de las pulseras que se encargan de contarlas.

Pero no sólo eso, las mujeres no pueden trabajar, las clases que reciben son diferentes a las de los chicos, no pueden conducir, ni tampoco tener una cuenta bancaria.

Ironicamente, los mismos que instauraron estas leyes deben ahora recurrir a una mujer para que les ayude a salvar al hermano del presidente.

Jean no puede negarse pero decide aprovecharlo a su favor y conseguir algunos privilegios para ella y su hija.

Pero pronto descubrirá que la quieren para otra cosa y que el plan que tienen en mente es mucho, mucho más escalofriante.

El inicio es, sin duda, lo mejor de todo.

La primera parte consigue angustiar y estremecer al lector al ir descubriendo, poco a poco, cómo son tratadas las mujeres. Sin derecho a hablar, ni a tener opinión, a pensar, ni a decidir, ni siquiera a cosas tan cotidianas como leer o conducir, sólo a cumplir con lo que los hombres les digan, servir en casa y cuidar de su marido e hijos.

Además, mediante flashbacks, se explica cómo esa ideología político-religiosa comenzó a ir ganando terreno poco a poco debido a la pasividad de mucha gente. Un mensaje muy importante y, sobre todo, muy actual, ya que muchos piensan que jamás podrán pasar cosas así, hasta que al final pasa.

Pero, aunque esa primera parte consigue mantenerte enganchada y en tensión, la cosa decae cuando la autora introduce elementos poco importantes y relevantes en la trama, como un romance totalmente innecesario.

Ya la parte centrada en el laboratorio y las pruebas hace que decaiga un poco el ritmo, pero que le ponga un interés amoroso a la protagonista es lo que termina de rematarlo, ya que deja un poco de lado todo lo demás para centrarse solamente en eso.

Los hijos, el marido, las amigas y colegas de Jean... todo queda atrás para centrarse en esa aventura con Lorenzo. Y es una pena, porque realmente estaba tocando cosas muy interesantes que podrían haber dado mucho de sí.

Además, como tampoco tenemos demasiado contexto (creo que le falta, en general, profundizar más en todos los personajes) no consigues conectar con ellos y acaban dándote bastante igual.

Por si eso fuera poco, el final resulta totalmente decepcionante. Precipitado, sin ningún tipo de explicación y con muchos hilos sueltos.

Todo termina de golpe y porrazo, incluso me dio la sensación de que le faltaban páginas. El salto que hay entre una página y otra es tremendamente exagerado y parece que la autora ha ido por el camino más fácil, evitando tener que explicar lo más difícil.

Voz es un libro con una primera parte muy potente, con mensajes muy importantes pero que acaba yendo cada vez a menos al centrarse demasiado en el romance en detrimento de los personajes. 

Además, la trama, bien construida al principio, acaba medio olvidada y con un final muy pobre al que le faltan más capítulos para poder llegar a entender lo que pasa.