Reseña: El hombre de tiza - C.J. Tudor

The Chalk Man
C.J. Tudor
Plaza & Janes - 2018
350 páginas
18,90 €

Echando la vista atrás, todo comenzó el día del terrible accidente durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza.
Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos: una manera de dejar mensajes secretos entre el grupo de amigos.
Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.
Sucedió hace treinta años y Ed pensaba que todo había quedado olvidado.
Sin embargo, recibe una carta que contiene solo dos cosas: una tiza y el dibujo de un muñeco.
La historia se repite y Ed se da cuenta de que el juego en realidad nunca terminó...

Todos tenemos secretos.
Todos somos culpables de algo.
Y los niños no son siempre tan inocentes.

Cuando empecé a leer este libro ya iba advertida de que no me iba a encontrar un thriller típico con una acción trepidante, mucho misterio, sospechosos y muertes. Lo que todos entendemos como thriller, vamos.

Esta novela es más una historia sobre personajes, sobre los secretos que guardan y sobre ir descubriendo poco a poco lo que pasó hace ya tantos años.

El libro está narrado por su protagonista, Ed, alternado el presente, 2016, y el pasado, 1986, durante un verano que cambiaría la vida de Eddie y su grupo de amigos.

Con sólo 12 años descubrieron en el bosque el cádaver de una chica, cortado en trozos y sin cabeza. Después del shock inicial y de la muerte de uno de los sospechosos, todo el mundo creía que el asesinato había quedado resuelto y, poco a poco, la normalidad volvió a la ciudad y la gente dejó atrás todo aquello.

Excepto Ed, que no ha dejado de pensar en todos los sucesos de aquel verano. Y ahora, 30 años después, saldrá de nuevo todo a la luz cuando recibe una carta con un muñeco y una tiza, lo que lo llevará a averiguar de una vez por todas la verdad de lo que pasó.

Como ya he dicho, todo el libro gira entorno al asesinato de una chica ocurrido tres décadas antes, por lo que encontramos es un gran desarrollo de los personajes y de todos los hechos que sucedieron, antes y después, a raíz del crímen.

Sabemos que alguien murió aquel año, pero no se desvela hasta bien entrada la novela y eso lo aprovecha la autora para jugar al despiste y hacernos dudar de quién es.

La trama va desarrollándose poco a poco y al principio da la sensación de que no sucede gran cosa, más que explicar las peripecias y la amistad de un grupo de chicos de 12 años en un pequeño pueblo de Inglaterra.

Y mientras los niños juegan, se enfrentan a los típicos matones de instituto y van dejando atrás la infancia, recordando a películas ochenteras tan famosas como It o los Goonies, vamos conociendo la infancia de cada uno de ellos. 

Pero todo tiene un transfondo mucho más oscuro y un poco más retorcido en el que cualquiera te da la sensación de que es el culpable y que algo esconde.

Porque sí, son muchos los secretos que hay que ir descubriendo mientras lees, incluso los niños ocultan cosas, cosas que acabarán marcándoles en el futuro y que continuarán arrastrando todavía.

Y en el presente cuando vemos las verdaderas consecuencias de todo aquello, conociendo a unos adultos totalmente diferentes de cuando eran niños, desprovistos de cualquier inocencia y con un carácter más cerrado, rencoroso e incluso algo extraño.

Es también entonces cuando empiezan a encajar, poco a poco, todas las piezas, viendo cosas que antes, por la edad, no fueron capaces y a afrontar todo lo que han intentado olvidar.

Quizá en este libro no hay una gran tensión, pero la autora ha sabido muy bien cómo mantener la intriga y cómo contar cosas que, de primeras, parecen poco relevantes, para luego darte cuenta de que nada pasa porque sí, que sucede por algo y que es importante para el desenlace.

En cuanto al final, a pesar de que me ha parecido algo precipitado, me ha gustado cómo ha resuelto todo. 

Puedes llegar a sospechar, después de mucho, quién es el asesino, pero aún así, la autora se guarda un par de ases bajo la manga que acaban sorprendiendo y dando respuesta a algunas cosas que no quedaban del todo claras.

Eso sí, hay un hecho que me ha parecido cogido un poco con pinzas y que me ha resultado bastante inverosímil (por ciertas cosas que no voy a contar ya que son spoiler). Imagino que quería darle esa acción de la que carecía el libro, pero a mí no ha terminado de convencerme.

Por otro lado, me ha gustado cómo ha sabido dar una voz diferente a los personajes, dependiendo de si estábamos en el pasado o en el presente, consiguiendo ver la evolución y los cambios que los años les han ocasionado.

El hombre de tiza no es como todos los libros de este género. No es un caso policíaco al uso, se centra más en los personajes, en la psicología de cada uno de ellos, y en los secretos que todos ellos esconden que en la tensión o la investigación.

Pero es un libro bien escrito, que utiliza correctamente dos épocas diferentes para ir haciendo revelaciones en el momento oportuno y mantener la intriga y que tiene un aire oscuro que pone un poco los pelos de punta. 

*Con la colaboración de Plaza & Janes*