Reseña: Caraval - Stephanie Garber

Caraval (Caraval #1)
Stephanie Garber
Planeta - 2017
429 páginas
17,90 €

Recuerda, sólo es un juego

Scarlett Dragna nunca ha abandonado la pequeña isla en la que ella y su hermana Tella viven bajo la vigilancia de su estricto y cruel padre. Desde hace años Scar sueña con asistir a la celebración anual de Caraval, unos legendarios juegos que duran una semana y en los que la audiencia participa para ganar el Gran Premio.

Caraval es magia, misterio y aventura. Y para Scarlett y su hermana representa la libertad y poder huir de su padre. Ahora que está a punto de casarse con un hombre al que nunca ha visto, Scar cree que su sueño nunca se cumplirá. Pero justo dos semanas antes de la boda recibe las tan ansiadas invitaciones a los juegos.

Sin embargo, una vez allí nada sale como espera: Legend, el Maestro de Caraval, secuestra a Tella y Scarlett se verá obligada a entrar en un peligroso juego de amor, sueños, medias verdades y magia en el que nada es lo que parece. Real o no, sólo dispone de cinco noches para descifrar todas las pistas que conducen hacia su hermana, o ésta desaparecerá para siempre?

Es innegable que este libro tiene todos los elementos para querer comprarlo nada más verlo: portada llamativa, edición impecable y sinopsis de lo más atrayente, además de una campaña de promoción, con película en el horizonte, que ya quisieran muchos. 

Y, por lo que voy leyendo, parece que está gustando mucho, pero no ha sido mi caso, me han faltado tantas cosas en conjunto que no me ha terminado enamorando como esperaba. 

El mundo que plantea Stephanie Garber guarda ciertas reminescencias con El circo de la noche, creando aquí una competición dirigida por Legend, un misterioso maestro de ceremonias, y que consiste en unos exclusivos juegos llenos de magia y diferentes pruebas, en el que el ganador podrá hacerse con el codiciado Gran Premio. 

Scarlet siempre se ha sentido atraída por ellos y durante años ha intentado, en vano, conseguir unas invitaciones para poder participar. 

Pero justo el año en el que está a punto de casarse recibe contestación y acaba yendo junto a su, imprudente y lanzada, hermana Donatella. 

Lo que parecían unos días de aventuras y diversión, acaba convirtiéndose en un quebradero de cabeza para Sarlet cuando su hermana es secuestrada por Legend. 

Y lo que pintaba como una lectura llena de fantasía, magia y suspense, ha acado siendo algo pobre tanto en desarrollo como en profundidad de personajes y trama. 

Me ha acabado pareciendo muy pobre en general. Es una trama que puede dar para tanto, para crear un mundo al antojo de la autora y lo ha desaprovechado. 

Los juegos han acabado siendo algo secundario, no explica prácticamente nada de ellos, ni de las pruebas que se están llevando a cabo, ni de los concursantes, sólo algunas pinceladas o escenas que corta rápidamente y en las que no se explaya y que me dejaron con las ganas de saber mucho más.

La autora ha metido algo de violencia, algo que me ha gustado mucho, pero, de nuevo, queda diluido a solo meros comentarios por parte de los personajes.  

¿Y sobre la magia? Sí, la hay pero es todo muy sencillo, sin destacar ni provocar situaciones asombrosas. 

En teoría todo gira alrededor de estos juegos, pero los protagonistas no juegan en ningún momento, no forman parte de ellos, ya que lo único que hacen es buscar a Donatella. 

Ya os digo, es una parte que tiene muchísimo potencial, por las situaciones que crea que son interesantísimas, pero en las que no ha profundizado apenas, y que han acabado sabiéndome a poco, muy poco.

Por otro lado, los personajes no son tampoco todo lo interesantes que podrían ser, en realidad son algo planos y con los que he conectado poco. 

Scarlet es una chica insegura, siempre haciendo lo que se espera de ella, sometida a su padre e intentando sacar a su hermana de todos los problemas en los que se mete. No tiene nada que destaque y acaba siendo una protagonista algo anodina.

Donatella, por otro lado, me ha parecido egoista, inmadura y que quiere que todo gire alrededor de ella. Poco más puedo decir de ella.

El tercero en discordía es Julián, un misterioso marinero que las ayudará a las dos a llegar a Caraval y, después, a Scarlet a encontrar a su hermana. Él, en cambio, no me ha disgustado del todo, es el que más secretos esconde y con el que he me he entretenido al intentar averiguar cuáles eran. 

De todos ellos poco más he conocido, ya que la autora lo que explica es lo que hay. Nada más. Ellos son así y asá de principio a fin, sin ningún cambio por el medio. 

El romance, por supuesto, está presente y ha pasado sin apenas pena ni gloria. Los sentimientos nacen sin que casi me diera cuenta ni supiera el por qué. Es que todo pasa tan rápido aquí, pero tanto, que no da tiempo a evolucionar nada. 

Scarlet va encontrando pistas, o resolviéndolas, muy fácilmente. No he tenido en ningún momento una sensación de miedo o de tensión porque todo se soluciona rápidamente, aunque tengo que reconocer que el final ha terminado convenciéndome. 

No es nada chocante, cierto, pero no ha estado del todo mal. Eso sí, no sé de qué va a tratar la segunda parte, porque para mí está todo bastante cerrado.

En resumidas cuentas, Caraval ha resultado ser una de mis mayores decepciones de lo que va de año, a pesar de las ganas que le tenía. 

Una historia que podría haber dado tantísimo de sí y que me ha acabado pareciendo carente de profundidad en todos los aspectos: ambientación, desarrollo, romance y personajes. 

¿Es entretenido? Sí. ¿Se lee rápido? También. Pero necesito mucho más que eso para que una lectura acabe siendo memorable. 

*Con la colaboración de Planeta*